Reviews for Justin Lieberman: Hopi Basket Weaving

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Review # 1 was written on 2018-06-01 00:00:00 Mike Marry En el prefacio de este libro, Strand advierte que su propósito es corregir las interpretaciones de la obra de Hopper propuestas por otros críticos y que él considera inexactas, ya que, según afirma, «La mayor parte de lo que se ha publicado parece eludir la pregunta fundamental de por qué gente tan distinta entre sí se siente conmovida de manera similar cuando se enfrenta a la obra de este pintor», y no puedo evitar preguntarme si esto no es, precisamente, lo que tienen en común todas las obras artísticas, sean de la disciplina que sean. El arte, además de ser una manifestación de la experiencia humana entendida en sentido amplio, es, para mí, una forma de igualarnos: cuando contemplamos una obra de esta naturaleza, y pese a que nuestras impresiones pueden ser de lo más variadas, tenemos, en mayor o menor medida, la sensación de ser intérpretes a la vez que espectadores; no solo observamos, sino que además ejercemos un juicio crítico. Esto nos lleva a afirmar que, frente a él, no cabe adoptar un rol pasivo. Necesariamente la obra de arte nos interpela, y es casi imposible permanecer indiferentes a la forma en que esta viene a modificar el (nuestro) mundo. Y ahí se hace evidente lo que plantea Strand al principio: aunque nadie la analiza desde el mismo lugar (literal y figurativo), esas diferencias devienen superficiales cuando se resuelven en el sentimiento, en la reacción común que nos provoca. Ese fenómeno es el que nos acerca, y en eso reside, a mi entender, lo fascinante de las manifestaciones artísticas. En el caso específico de Hopper, sus pinturas -que podrían resultar simples y hasta insulsas si no son analizadas con el debido detenimiento-, se tornan complejas a medida que uno va interiorizándose en ellas. Los matices, los gestos, la luz (obsesión confesa del artista), dicen tanto o más que el resultado final. Hopper es, ante todo, su sutileza. Strand era poeta, y parece comprender ciertos aspectos de su obra que tal vez a cualquiera de nosotros se nos podrían escapar a primera vista, como cuando sostiene que «El tiempo que pasamos con un cuadro debe incluir -si tenemos consciencia de nosotros mismos- lo que este nos revela sobre la naturaleza de la continuidad. Los cuadros de Hopper no son vacíos en un rico proceso. Son todo lo que puede extraerse de un vacío en el que no se siente tanto la presencia de los acontecimientos de una vida como del tiempo que precede a esa vida, o que la sucede.» Por eso, y si bien el descubrimiento del gozo ante una obra de arte es una experiencia muy personal, creo que su libro constituye una buena guía para empezar a adentrarse en el universo que este pintor nos quiso regalar.

Review # 2 was written on 2017-01-17 00:00:00 Mark Boback Short, sharp and punctual. Edward Hopper is a true master. But when it comes to poets talking and writing about painters, paintings and art in general, I prefer Charles Baudelaire and Zbigniew Herbert.