La monja que perdio la cabeza (The Nun Who Lost Her Head) Book

No suelo leer novela negra pero la verdad es que adoré La Monja que perdió la cabeza.

Desde el inicio, con los personajes que tenía una chispa increíble...

Esquius es un detective ya entrado en años, viudo, tiene un hijo casado que posee dos pequeñines muy astutos. La hija, Mónica, sigue soltera y desesperada por que su padre no de meta en su vida, aunque él use su inteligencia como detective privado para investigar a los novios de ella. Sólo quiere lo mejor para su hija, así de simple. Pero nuestro pobre protagonista tiene también una vida solitaria desde que falleció su mujer, por elección desde luego, pero eso no parece importarle a su jefe: Biosca. Un tipo que le encanta meterse en la vida de los demás, que se siente el rey del universo y que vive conforme a sus divertidísimos puntos de vista; una persona que si la tuviera enfrente me haría tanto reír como enojar y temblar un par de veces.

Tenemos por otro lado a la ayudante que le encantaría tener algo con el protagonista pero es muy consciente que él no le hace caso. Un ayudante que su único papel importante en la empresa es saber abrir casas y que todo el tiempo va cachondo.

En medio de todo eso, Esquius es el centro de las miradas. De compasión porque vive sólo y seguramente nunca se puede llevar a una mujer a la cama, por no poderlo conseguir por sí mismo. Él podría decirles lo que hace con su vida y que no siente esa necesidad de la que todos se compadecen, pero no lo hace, creo que piensa que es inútil hacerles cambiar de opinión y prefiere ahorrar saliva. Pero no me extraña porque la mayor parte de las veces demostró una inteligencia infinita.

La historia parte desde dos puntos. El primero es la desaparición de una monja que tenía alucinaciones y en medio de una crisis se rompió las piernas, de modo que tuvo que ser trasladada al hospital al cual nunca llegó. Y por otro, el robo de un cuadro muy valioso, en el que una eminencia de la iglesia católica ha quedado embarrado. Esquius queda a cargo de ambos casos, mientras intenta solucionar la vida de su hija, complacer a los pequeñines de sus nietos, portarse tan bien como puede con una hermosa prostituta kosovar que fue enviada a su casa y que tiene una historia demasiado dura y triste.

No me gustó que en los primeros capítulos Esquius tuviera los pensamientos de su fallecida esposa sobre lo que hacía o no hacía y cómo lo hacía. Él no estaba loco ni padecía ningún tipo de problema, no le vi el caso de tener toda esa palabrería. Sobre todo porque se van tan de pronto y ni siquiera nos importa. Pero pese a ese pequeño desliz, el libro me hizo reír y me entretuvo mucho. Esquius hace un montón de cosas que terminan sin querer en cosas divertidas o en diálogos internos divertidos. Es un personaje fresco, inteligente y valiente que cuenta su historia de un modo entretenido y dando todos los detalles necesarios para disfrutar de la novela.

Debo decir que me mantuve con la incertidumbre de ambos casos de principio hasta que ellos me lo dijeron jajajaja No hubo modo alguno que lograra desentrañar el lío que era todo el robo y la desaparición de la monja. Hay también muchos datos históricos que nos llevan a saber cómo fue la vida de Fatmire, la kosovar, o la de Eulalia, la monja y a ver las dos cara de la moneda. Conocer la ambición, el egoísmo y el odio que causó que dos personas inocentes sufrieran tanto.

Creo por eso me gustó mucho este libro. No hay sólo diversión, hay una visión real del mundo, de los humanos y dos casos complicados que terminan en una complicada aventura. Es un libro de esos que no deseas soltar y uno de esos que a vistas de otros, estás solo, riéndote sin sentido, frente a un libro. Si tienen la oportunidad de conseguirlo, no duden en leerlo.