Chronicle Of Gods And Sovereigns Book

La principal queja que he oído y leído de éste libro es su enfoque en el entorno de Nicolás II más que en el zar mismo. Decirlo es no entender el tema que se aborda. Un desperdicio de tinta hubiera sido hablar del zar, de su personalidad y sus decisiones, sin tocar la familia, sociedad y corte que le tocó vivir. Es una pérdida de tiempo tratar de entender a alguien como él, tan producto de su entorno como su entorno de él, sin conocer éstas tres. Nicolás Romanov fue el último autócrata, un soberano que respondía a nadie, a ningún gabinete o parlamento, sino, según su lógica, al poder autócrata delegado por Dios a sus antepasados para que él pasara a su hijo. Al coronarse, se convirtió en más que un individuo, Nicolás se transmutó en la punta y a la vez la base de todo un sistema. Su persona era una concentración de poder inconcebible en nuestros tiempos, y tal peso lo hundió, tanto como él hundió a su pueblo en un vacío desesperante del que la única salida pareció ser la más histérica de las rebeldías. Se lee más bien como un conjunto de ensayos cortos cuyo tema en común es el monarca, que saltan y regresan en el tiempo abordando aspectos específicos de su reinado, la transformación gradualmente más radical que experimentó la sociedad rusa por las represiones, los caprichos del zar y su familia que estorbaban su propio gobierno, la ingenuidad de sus creencias incompatibles con la realidad y demás idiosincracias abordadas una mirada objetiva y la sensatez de saber cuándo hacer a un lado la prosa del narrador para dar paso a los testimonios más poderosos. Con sobriedad y autoridad, Ferro relata en pocas páginas la caída de un sistema que duró más de trescientos años.